Conseguir un sustrato fértil que retenga la humedad y drene el agua sobrante es todo un reto. Aquí van unos consejos para detectar y solucionar problemas de la tierra en el jardín
Cuando se adquiere un terreno, el jardinero carga con dos hipotecas: la del banco y la del suelo. Para que las plantas crezcan y estén sanas, el estado del sustrato es muy importante. y saber cómo solucionar los problemas de la tierra es fundamental. Por ello, y antes de plantar nada, debe tomarse una muestra del suelo y enviarla al laboratorio de la DGA, para obtener un informe que indique el grado de acidez y la cantidad de arcilla o cal que contiene. Además, se puede aprovechar y conocer sus nutrientes para saber las carencias y abonar.
El suelo está formado de minerales, materia orgánica, agua y oxígeno, en un equilibrio que es muy importante mantener. La materia orgánica, unida a la arcilla y al calcio, forma el complejo arcilloso húmico, que funciona como una “despensa” del suelo, ya que retiene los minerales de los que las plantas se alimentan. Si por la erosión, malas prácticas agrícolas o contaminación se destruye ese complejo, entonces el suelo queda improductivo. Afectan al suelo los cultivos muy intensivos que toman los nutrientes y lo esquilman, por lo que para solucionar problemas de la tierra en el jardín es importante, además de abonar, devolver materia orgánica cada año.
Problemas que puede tener el suelo para las plantas
Exceso de cal. En Aragón la alcalinidad es un problema de difícil solución y solo mediante toneladas de azufre, yeso y materia orgánica se pueden tratar los suelos. Si el problema está en un jardín, es mejor añadir tierra nueva y vigilar los nutrientes: el agua también tiene cal y afecta al suelo.
Demasiada arcilla. Es un problema en las zonas lluviosas y riberas de los ríos: el suelo ácido hace que el agua drene mal y que muchas plantas no prosperen en él por su ph alto. Hay que aplicar cal y dolomitas -piedras cálcicas-. Para esponjarlo, es bueno añadir materia orgánica.
Muy arenoso. Si al convertirse en barro no puede moldearse, el suelo es arenoso. Drena mucho y pierde el agua y los nutrientes. Hay que añadir arcilla, abonar con frecuencia y aplicar materia orgánica de manera periódica. Si el jardín es pequeño, son prácticos los geles de retención de agua.