Aquí va un decálogo para iniciarse en la jardinería y aprender cómo aprovechar el espacio, conocer la ubicación correcta de las plantas y reconocer cuándo deben tratarse las plagas
No es casual que esta sea la primera entrada en la nueva etapa que inicia el proyecto de El Buen Jardinero. Son ya más de 16 años de divulgación del mundo de las plantas, ya sea con consejos de jardinería y floristería o a través de curiosidades de la botánica y trucos de decoración. Pero, sin importar el tema a tratar, todos y cada uno de los miles de artículos publicados sobre jardinería han tenido un objetivo: conocer las plantas, respetarlas como base de la vida, disfrutar de su compañía y cuidarlas al igual que ellas cuidan de nosotros.
Aquí va un pequeño manual introductorio para ser un buen jardinero, que iremos desplegando y ampliando en las próximas entradas. Se resume en esta frase: las plantas quieren comida, agua, tranquilidad, cuidados sanitarios y el lugar donde estén cómodas. Y así, el jardinero siempre tendrá ‘mano’. En una terraza en una ciudad aragonesa, hará falta que las plantas aguanten el viento, el calor intenso y heladas. Hay plantas que aguantan todo eso, y más. Si nos empeñamos en comprar una planta tropical, se morirá. Si elegimos otra que prospera en climas húmedos y frescos, morirá. Si descuidamos las plagas, acabarán por secarse. Si no les damos agua, no pueden vivir.
NUESTROS DIEZ CONSEJOS PARA INICIARSE EN JARDINERÍA
1. ¿El sol fuerte abrasa mis plantas? ¿Qué plantas soportan el calor?
“No puedo tener plantas, es que en mi casa no sabes el sol que da”, nos dicen casi cada día. Parece que olvidamos algo: hay plantas que quieren sol y calor, que florecen y crecen con más de 40 grados y disfrutan del verano. ¿Qué plantas son esas? Si queremos flores, están las petunias, gazanias (en la foto), plumbago, geranios, portulacas, margaritas… trepadoras como la madreselva o el jazmín. Si queremos arbustos, están los cotoneáster y piracantas, los setos de aligustre, las adelfas… Lo que no se puede hacer es comprar una flor por su belleza sin saber si crece con el clima caluroso. Mejor, ver qué opciones tenemos y comprar entonces.
2. ¿Puedo tener plantas si hace mucho viento? ¿Cómo proteger?
Este es uno de los diez consejos para ser un buen jardinero más importante: entender que sol, calor o viento no siempre son negativos. ¿Cómo tener plantas si hace mucho viento en la terraza, el balcón o el jardín? Simple: elige variedades que están adaptadas a las fuertes y continuas rachas de viento. Para saber cuáles son, solo tienes que dar una vuelta por la ciudad y mirar en los parterres, plazas, parques…
En tema de flor, aguantan bien el viento los geranios, las margaritas, las dimorfotecas, aromáticas como la hierbabuena o el sándalo, así como el tomillo, el romero o la santolina... En el caso de planta grande, las adelfas (en la imagen) son perfectas. Y seguro que en ese balcón o terraza hay un rinconcito donde hace un poco menos de viento: allí puedes colocar las trepadoras.
3. ¿Cómo voy a tener plantas si luego me voy un mes de vacaciones?
Las plantas necesitan agua: cada siete días en invierno y cada dos o tres días en verano. ¿Cómo hacer para que las plantas reciban agua cuando no estamos? Con el riego por goteo. Y para ello solo hay que aprovechar un grifo que tengamos en la terraza, el balcón o el jardín. Si no tenemos un grifo, no es nada caro sacarlo. La mayoría de balcones dan a la cocina y se puede extraer fácilmente, su precio no suele superar los 150 y 200 euros ese trabajo (y tendremos un grifo ya para toda la vida, con lo práctico que puede ser para limpiar y demás).
Si el espacio donde tenemos las plantas está retirado del baño o la cocina, tampoco es complicado llevar un grifo allí: el precio será similar. Pero un grifo es imprescindible para tener plantas. El programador del riego por goteo cuesta entre 30 y 50 euros (los hay más caros, todo depende de mirar) y los goteadores y demás tienen toda una variedad de posibilidades.
4. ¿Cómo planificar el espacio para que las plantas crezcan a gusto?
Las plantas crecen. Y pueden tapar ventanas, puertas, caminos… Sus raíces pueden llegar a cañerías, piscinas… Antes de plantar a lo loco, hay que pensar si tenemos espacio suficiente y todos estaremos cómodos. Para ello, lo mejor es planificar bien qué tipo de espacio queremos tener. Cogemos una hoja de papel y hacemos un dibujo de la terraza, del jardín o del balcón: en el plano marcamos dónde estará la zona de estar (sillas, mesita…), dónde da el sol por la mañana o por la tarde, dónde hay más o menos viento…
Y una vez conozcamos bien el lugar, sabremos con cuánto espacio contamos. En las macetas rectangulares y pequeñas del balcón, no plantar más de dos ejemplares (dos petunias, dos geranios…). En las grandes, tener en cuenta cuánto van a crecer esas plantas por si unas asfixian a otras. Y, el consejo más importante, el gran error que cometen la mayoría de jardineros al principio: no importa si ves el espacio desangelado porque las plantas son muy pequeñas, no intentes rellenar los huecos: espera a que crezcan y verás entonces dónde tienes que colocar más plantas.
5. ¿Qué hago con los bichos? Consejos para plagas y otros insectos
Aquí nos topamos con un problema y por ello este es uno de los diez consejos más importante. Hay gente que tiene una aversión irracional a cualquier tipo de insecto. Y una terraza, un jardín e incluso un balcón con plantas tendrá insectos, sobre todo polinizadores.No es racional tener miedo: los insectos no quieren atacarnos, solo están haciendo su trabajo y su único interés son las plantas. Pero el miedo irracional es siempre ilógico. Un buen jardinero ha de conocer y respetar los insectos. El buen jardinero debe entender que el insecto tiene tanto derecho a estar en una planta como nosotros tenemos derecho a dar un paseo.
¿Cómo respetar a los insectos que puedan afectar a las plantas? Solo hay que actuar cuando detectemos una plaga y solo en caso de que la plaga ponga en riesgo a la planta. Por ejemplo: si tenemos hiedra, seguro que habrá pulgón en primavera. Lo mismo con las adelfas. Pero si no hay muchísimo, podemos esperar a que el sol sea más fuerte: el pulgón muere cuando hay más de 35 grados y eso es habitual en nuestros veranos. Si la plaga es peligrosa (de cochinilla, por ejemplo) hay que utilizar siempre remedios ecológicos que no afecten al resto de insectos: se venden en tiendas especializadas y viveros.
6. ¿Qué hago si se muere mi planta? ¿Qué he hecho mal?
Las plantas se mueren. Y siempre ocurrirá que una planta que hemos comprado y que creemos que está en el lugar perfecto no prosperará y se morirá. No nos gusta, claro está, pero a veces la planta no resiste, o nos hemos equivocado, o hemos tenido un despiste… Hay que aprender del error, pero no creer que somos los peores jardineros. Podemos aprender de ello: ¿con qué otras plantas estaba? Algunas variedades no soportan la presencia de otras y se produce una batalla en el subsuelo, con químicos que liberan las raíces.
Otras veces, descubrimos que hay plantas que crecen muy bien en tierra, pero no en macetas. Es el caso del rosal, por ejemplo, que en tierra muestra una dureza tremenda y en maceta parece sufrir todo tipo de plagas y enfermedades. La mayoría de frutales de hueso no crecen bien en maceta (almendro, melocotonero, naranjo, limonero…), al igual que casi todas las coníferas. Pero otros prosperan mucho, como el olivo o la higuera.
7. ¿Cómo conseguir un jardín de crecimiento rápido?
Otro de los consejos para ser un buen jardinero que debe aprenderse de memoria. La naturaleza es lenta, las plantas viven en una escala temporal muy diferente a la nuestra. Un árbol tardará años en crecer; una hiedra necesita de dos o tres temporadas para tener un aspecto lustroso… Un jardín necesita años para ser acogedor y lo mismo sucede con las terrazas. Hay plantas y árboles de crecimiento más rápido: olmos, acacias de tres espinas, jazmín, plumbago… Pero por lo general hay que tener paciendo. Si queremos rapidez, solo lograremos chapuzas.
Lo que podemos hacer si los huecos no nos gustan es añadir complementos a la terraza: una mesita barata, pintada de un color divertido puede tener algún farol de iluminación solar. Un banco de madera añadirá un toque bucólico en una zona donde la hiedra aún lucha por prosperar… Y la iluminación también puede ser una buena idea: llenará espacio y luego se puede recolocar cuando queramos.
8. Cuanto más práctico, mejor. El jardín es para disfrutar
Vemos fotos en Instagram con plantas colgantes y nos encanta. ¿Cómo se riegan? Pues malamente. Más allá de las fotos, hay que optar por la comodidad para la planta y para nosotros. Luego están los que decoran su salón para hacer después una foto y ponen plantas en lugares donde no reciben luz suficiente: el ejemplar morirá o bien se irá curvando hacia la luz creando un resultado desastroso. En la foto se ve cómo las plantas están en contra de la luz de la ventana: ¿por qué? Pues puro postureo.
Luego están los que tienen plantas de interior en el exterior en pleno verano y está claro que, o bien se la acaba de comprar y se le va a morir, o la ha sacado para la foto. El resultado es que creemos que los demás tienen una selva donde todo se da fenomenal y que nosotros somos los que no tenemos mano para las plantas. Un consejo: no hagas caso de lo que veas en las redes sociales, mejor pregunta a un amigo que tenga plantas qué ejemplares tiene, qué cuidados les da y dónde las ha ubicado: ese será el mejor influencer posible.
9. ¿Es muy cara la jardinería? ¿Cuánto dinero necesito para ajardinar mi terraza o balcón?
No vamos a engañar a nadie: tener una terraza ajardinada es caro. Hablamos de hasta 2.000 euros o más para tenerla como nos gustaría, como esas terrazas que vemos en los folletos de inmobiliarias o de grandes superficies. ¿Por qué es tan caro? Porque un sofá bueno de exterior cuesta más de 600 euros (o el doble si lo queremos realmente resistente), porque las macetas grandes tienen un precio de entre 30 y 50 euros, porque quizá querremos un parasol (60-100 euros)… Y luego hay que añadir la tierra: para un contenedor grande necesitamos unos tres o cuatro sacos de tierra a unos 20 euros cada uno. Si se hace la suma, el precio es alto.
¿Cuál es la buena noticia? Las plantas en sí no son caras, por lo que más que un gasto es una inversión: una vez tengamos los contenedores con la tierra, el espacio de descanso montado y el riego por goteo instalado ya no gastaremos mucho. Las plantas de flor de temporada cuestan poco más de un euro; hay arbolitos como la higuera que se pueden encontrar por 15 euros. Los arbustos suelen tener también ese precio.
10. Pide ayuda para conocer consejos y trucos y de jardinería
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