En la historia de la decoración floral en la Edad Media y Moderna cobra gran importancia la Iglesia, donde las flores tenían un nuevo simbolismo. Con el Renacimiento, los adornos florales volvieron a estar presentes en el día a día, con jardines en miniatura y mesas decoradas con pétalos
Ya hemos comentado cómo era la historia de la decoración floral en el mundo antiguo y, en sucesivos textos, recorreremos también la historia en Versalles y la Ilustración, en la época de Escarlata O’Hara y la Inglaterra victoriana del siglo XIX, así como en los importantes cambios que trajo el siglo XX.. En este texto hablamos de la historia de la decoración floral en la Edad Media y Moderna y, para ello, debemos centrarnos en el nuevo simbolismo de las flores en la tradición cristiana al desarrollo artístico del Renacimiento.
Las tradiciones cambian en la Edad Media
La poderosa Iglesia no veía con buenos ojos las tradiciones paganas y eso incluía la decoración floral que se había realizado en la decoración de templos y banquetes en las distintas culturas europeas. Pero uno de los grandes logros culturales de la Iglesia fue adaptar esas tradiciones hasta convertirlas en propias: en lugar de crear nuevos conceptos, prefirió tomar directamente los paganos y transformarlos en cristianos. Así, cuando hablamos de la historia de la decoración floral en la Edad Media, se debe tener en cuenta que el simbolismo de las flores cambió por completo. La rosa, símbolo del poder del emperador romano, reflejó también la influencia de la Iglesia. La rosa blanca representaba a la Virgen María y la roja, a Jesucristo. En los monasterios destacaban los jardines botánicos, que se cultivaban por sus propiedades medicinales.
Eso sí, las flores dejaron de estar presentes en las ofrendas. Su función fue exclusivamente como decoración de templos cristianos. Las guerras, la pobreza generalizada y las difíciles condiciones de vida hacían inviable la decoración en el hogar. Monasterios e iglesias fueron el único lugar donde existía una decoración floral. En los palacios también se adornaban las mesas con diversos arreglos, sobre todo guirnaldas y coronas. Material vegetal aromático se utilizaba también para colocar sobre el suelo y aliviar así el mal olor que existía en las habitaciones.
El regreso del arte floral en el Renacimiento
A finales del siglo XV y principios del XVI, Europa vio un resurgir de las artes, las ciencias y la decoración. En el Renacimiento, los burgueses y nobles echaron la vista atrás y se inspiraron en el clasicismo, la armonía del cielo con la naturaleza. En la historia de la decoración floral en la Edad Moderna debe tenerse en cuenta la capacidad económica de la población, y las florecientes ciudades europeas vieron un lujo creciente que se traducía en grandes banquetes, bailes y encuentros con salones adornados por elementos naturales. Las descripciones de la época hablan de jardines en miniatura con setos, praderas de flores, fuentes y estatuas adornadas con guirnaldas y coronas. De grandes mesas con pétalos de flores, en los cuales están inspirados los manteles que hoy en día tenemos en nuestras casas.
Como elemento para sostener las estructuras florales se utilizaba una mezcla de musgo, tierra y arcilla. También se han descrito decoraciones florales cubiertas de escarcha que se iban derritiendo conforme avanzaba el banquete hasta resurgir las flores. Y la clase trabajadora también se podía permitir algún arreglo floral. La mayoría eran sencillos jarrones con algunas flores, pero también se añadían ramos, coronas o plantas en maceta. Llevar algo de naturaleza al hogar se convirtió en la Edad Moderna en algo más habitual.
Plantas de todo el mundo
Países como España, Holanda, Bélgica, Inglaterra o Francia, que afianzaban o ampliaban sus colonias, traían en sus barcos distintas variedades de plantas. Rosas y peonías de China, orquídeas de América del Sur, plantas de bulbo como la fritilaria o el jacinto de Oriente Próximo... Los tulipanes asombraban a los comerciantes holandeses, que gastaban en ellos enormes sumas de dinero y que incluso trajeron una profunda crisis económica al estallar la burbuja de su valor.
En los cuadros de la escuela flamenca pueden verse complicados arreglos florales con exóticas flores. Lo cierto es que solo los muy ricos podían permitirse esas plantas tan novedosas. De hecho, algunos arreglos que plasmaban los pintores costarían entonces incluso más que el propio cuadro. Eran, además, cuadros imposibles de recrear en aquel entonces, con jacintos, peonías, amapolas, rosas y lillium en perfecta floración. Hoy en día, gracias a la globalización y el mercado global, se pueden conseguir esas flores durante todo el año, pero en aquel entonces hubiera sido imposible que pintores como Ambrosius Bosschaert pudiesen inmortalizar esos arreglos.
Fuente: ‘Raumschmuck’, Per Benjamin (Editorial Ulmer, 2006)
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