Es una de las plantas más populares para regalar o que compramos para decorar nuestro hogar. Orquídeas, ¿cómo cuidarlas? ¿Cómo conseguir que no se caigan las hojas, que continúe la floración y nos duren muchos años? El secreto está en la maceta
Las orquídeas forman parte de ese grupo de plantas que nos gusta llamar “de capricho”. Al igual que ocurre con las azaleas, son plantas que nos suelen regalar, que no hemos elegido, pero que nos resultan muy especiales y queremos que duren muchos años. Pero sucede muchas veces que la planta se estropea al poco tiempo. Orquídeas, ¿cómo cuidarlas? Aquí va una pequeña guía.
Las raíces de la orquídea han de estar al aire
Hay cientos de variedades de orquídeas, pero todas tienen algo en común: se trata de una planta que crece en los recovecos de los árboles, que apenas requiere tierra y que mantiene parte de sus raíces al aire. Eso significa que no pueden estar en un macetero opaco. Las orquídeas se transportan en una maceta transparente y, al llegar a casa, lo mejor es ponerlas en un contenedor de cristal. Muchas orquídeas se mueren porque se dejan en un macetero opaco, por lo que la raíz sufre y acaba por morir.
Por otro lado, si tenemos en cuenta que la orquídea crece en esos recovecos naturales, no podrá soportar los encharcamientos. En las malas floristerías y viveros descuidados se suelen regar las orquídeas directamente en el macetero, por lo que se encharca el agua y las raíces se pudren. Cuando la compramos, la orquídea está ya herida de muerte y poco podremos hacer por ella.
La fórmula perfecta para que crezca la orquídea
Raíces al aire y buen drenaje son puntos principales del cuidado de las orquídeas. Pero no todas precisan del mismo sustrato. Ese es otro de los problemas, que surgen cuando intentamos trasplantar la orquídea a una maceta más grande y añadimos simplemente tierra. Existe una fórmula universal donde crecen las orquídeas, un sustrato a base de perlita gruesa, corteza de abeto y musgo. La perlita permite el drenaje, la corteza de abeto le da cuerpo y nutrientes y el musgo retiene la humedad. La corteza de abeto se cuentra fácimente en floristerías o viveros, pero también se puede utilizar corteza de pino. Pero siempre corteza, ya que es vital para el bienestar de la planta.
La orquídea que habitualmente encontramos en tiendas o que nos suelen regalar es la llamada Phalaenopsis. También otras de tamaño más pequeño, como la Catleya o la Miltonia. A más tamaño, tendrá una proporción mayor de corteza en su contenedor.
¿Cómo regar las orquídeas?
Orquídeas, ¿cómo cuidarlas? Para ello es importante entender el riego. Para ello, lo mejor es observar las raíces. Las raíces de la orquídea están cubiertas del llamado velamen, una especie de envoltorio que absorbe rápidamente el agua y capta los nutrientes. Cuando requiere agua, tiene un color blanquecino. Si está fresco, el tono es más verdoso. Así, podremos saber si la orquídea necesita agua o no. Muy importante: la mayoría de orquídeas prefiere pasar sed que tener una sobredosis de agua. No por regarlas más vamos a conseguir que estén mejor.
Las orquídeas deben regarse siempre por la mañana. Por la noche, la planta es vulnerable a los hongos y puede ocurrir que gotas de agua queden adheridas a partes de la planta. Al igual que sucede con la mayoría de las plantas, lo mejor es regarlas a conciencia llegado el momento. Incluso sumergirlas en un barreño para darles un riego por inmersión. Con las orquídeas pasa lo mismo: cuando haya que regarlas, debe hacerse a conciencia, para que el valamen se empape bien de agua. Lo mejor es sumergirlas en un contenedor de agua durante unos minutos. Lo habitual es regarlas una vez a la semana. Y asegurarse de que no ha quedado nada de agua encharcada.