Las rosas son las flores estrella tanto de la floristería como de la jardinería. Si queremos cultivarlas, debemos tener en cuenta que pueden resultar delicadas si no disfrutan de las condiciones de humedad, tierra y sol que requieren. Pero con un poco de cuidado, podemos tener preciosas flores. Solo hay que conocer las plagas, cuidados y enfermedades del rosal
Si cerramos los ojos y pensamos en un jardín de ensueño, tendremos rosas de distintos colores. El rosal es una de las plantas más recurrentes en jardinería, pero también en floristería. No en vano es la flor estrella en festividades como San Valentín. Los rosales han estado presentes en la decoración desde tiempos muy antiguos (egipcios, griegos, romanos...), y hoy en día hay un enorme catálogo de variedades para elegir. Es una planta resistente, pero puede presentar algunos problemas. Aquí te proponemos nuestra guía de plagas, cuidados y enfermedades del rosal.
El rosal se adapta a todo tipo de suelos, aunque le gusta que estén bien drenados y abonados. Disfruta del sol y del calor. Solo hay que regarla y abonarla convenientemente. Eso sí, es una planta que quiere tierra y no maceta. En una terraza o un balcón es preferible apostar por otras plantas, como los hibiscus sinensis y siriacus, que se dan mejor. En maceta, sufrirán demasiadas plagas y darán poca flor.
¿Qué hacer cuando el rosal tiene cochinilla?
Si vemos que las hojas del rosal amarillean y detectamos insectos blancos con cobertura de algodón, la plata sufre el ataque de la cochinilla. Esta plaga es molesta y puede ser mortal para la planta. Hay que actuar cuanto antes: se retiran todas las cochinillas que veamos y se fumiga cada dos días con una mezcla de jabón potásico y aceite de Neem. Hay que evitar utilizar remedios químicos, porque son muy dañinos para otros insectos e incluso para los animales de compañía. Para saber más sobre la cochinilla y cómo tratarla y evitarla, puedes leer nuestra guía.
Hojas del rosal mordidas por orugas
A veces podemos ver pequeños mordiscos en las hojas del rosal. Se trata de las larvas de orugas, que comen parte o toda la hoja para alimentarse. Contra las orugas se utiliza, sobre todo, el bacillus thuriagensis. Se trata de un bacilo que actúa contra insectos mordedores. Es fácil de adquirir en tiendas especializadas y se aplica fácilmente mezclado con agua. Si la plaga no está muy avanzada, también se puede utilizar jabón potásico. Se trata de un tipo de jabón que es fácil de encontrar en tiendas especializadas. Si no se dispone de él, se puede hacer una mezcla de agua y jabón para fregar los platos.
Otras veces, las larvas de esas orugas se adentran en los troncos y capullos del rosal. Se trata de orugas perforadoras. Veremos cómo se van marchitando parte de los tallos y capullos. Estas se pueden combatir, la igual que las mordedoras, con bacillus thuriagensis.
Cómo evitar y tratar el pulgón en el rosal
Si vemos insectos negros o amarillos que arremolinan en torno a los brotes nuevos del rosal, se tratará de pulgón. Para comprobarlo, podemos tocar la parte afectada. Seguramente, estará pegajosa, por la melaza que suelta este insecto. El pulgón se puede tratar con jabón potásico o una mezcla de este con aceite de Neem. Normalmente, en climas muy calurosos suele desaparecer cuando las temperaturas superan los 35 grados. Para más información sobre cómo tratar y, sobre todo, cómo evitar el pulgón, puedes leer nuestra guía.
Hojas amarillentas y telarañas bajo las hojas del rosal
Si nuestro rosal no recibe agua suficiente y el ambiente es muy seco, puede quedar expuesto al ataque de la plaga de araña roja. Este ácaro es fácil de distinguir porque deja unas telarañas bajo las hojas, que suelen amarillear. También aparecen algunas manchas grises. Se puede combatir los ácaros con aceite de Neem. Para más información sobre cómo distinguir, prevenir y tratar la plaga de araña roja, puedes leer nuestra guía.
Hongos en las hojas del rosal
Los hongos son uno de los enemigos del jardinero aficionado a las rosas. Sobre todo, si la planta crece en maceta. El rosal puede sufrir el ataque dle oídio, del mildiu o de la roya. ¿Cómo distinguirlo? Si las hojas de nuestro rosal tienen mal aspecto y están cubiertas por un polvo claro o grisáceo, es oídio. Si Solo están afectadas algunas zonas de las hojas, con manchas marrones que acaban secando parte del tejido, será mildiu. Y si hay pequeños puntos de color rojizo, con abultamiento, será roya.
¿Cómo combatir estos hongos? Con fungicida. Pero, mucho cuidado. Solo el oídio requiere un tratamiento fungicida a base de azufre. Los otros hongos se combaten con un tratamiento a base de cobre. Si quieres saber más sobre hongos, cómo distinguirlos y combatirlos, puedes leer nuestra guía.
Hojas del rosal con manchas amarillentas y pequeños insectos en el envés
Si vemos que las hojas del rosal tienen manchas amarillentas y si miramos su envés vemos pequeños insectos que salen volando, es señal de que la planta sufre el ataque de la mosca blanca. Es una plaga tratable, pero un poco engorrosa, porque hay que fumigar el envés de cada hoja. Se hace una mezcla de aceite de Neem y jabón potásico y se fumiga desde abajo a arriba. Para saber más sobre la mosca blanca y cómo combatirla, no te pierdas nuestra guía.
Ahora que conoces las plagas, cuidados y enfermedades del rosal, puedes escoger alguna variedad que se adapte a tu jardín y disfrutar de una de las plantas más bellas y agradecidas.