La aralia o fatsia es una buena planta de interior, sobre todo en sus especies Japonica y Sielbodii. Disfruta del interior aunque en climas templados puede crecer bien en un patio al aire libre. No suele dar problemas, pero hay que prestarle atención. Por ejemplo, cuando vemos tallos largos y débiles en la aralia
La aralia es una planta muy agradecida, porque alcanza un buen tamaño, se desarrolla rápido, sobrevive en lugares bastante oscuros y crece en una amplia gama de temperaturas, entre los 12 y los 21 grados. Es una planta muy sencilla que está al alcance de los jardineros principiantes, por lo que no podía faltar en nuestra guía de cuidados de plantas de interior. Pero a veces puede dar algún problema: conviene saber qué ocurre cuando vemos tallos largos y débiles en la aralia. Aquí van algunos consejos para actuar cuando vemos que algo le ocurre a nuestra planta.
Hojas pálidas en la aralia
En la mayoría de plantas, si vemos que las hojas inferiores crecen pequeñas y de color muy pálido, significa falta de abono. Si aportamos nutrientes con el agua de riego, ha de aplicarse cada 14 días. Pero lo mejor es aprovechar los palitos fertilizantes, que se clavan en la maceta (con uno suele ser suficiente, o bien dos si la maceta es más grande) e irán aportando alimento conforme se vayan deshaciendo. Puede aprender más con nuestra guía del abonado correcto de las plantas.
Tallos largos y débiles en la aralia
Cuando en una habitación hay exceso de calor o falta de ventilación, la aralia deja crecer de manera elongada (largirucha) sus tallos, que se tornan débiles y aparecen espacios entre ellos. Entonces habrá que realizar una poda. Lo mejor es hacerla bien vigorosa, cortando casi todo el tallo: el truco está en cortar justo encima de un tallo de hoja o de una yema. Nacerán nuevos brotes y la planta crecerá sana si la hemos cambiado a una habitación menos calurosa o más aireada.
Hojas colgantes en la aralia
Cuando hay un exceso de sequedad o de humedad en el sustrato, lo notamos porque las hojas de la aralia quedan lacias. Compruebe el compost: ¿está excesivamente seco o excesivamente húmedo? La aralia debe mantenerse constantemente húmeda, pero sin exceso, y evitando los encharcamientos. En verano se riega unas dos veces por semana. Lo mejor es aplicar nuestro truco definitivo para regar las plantas de interior, que permite una humedad adecuada en el sustrato.
Toda la aralia está lacia y la punta de sus hojas está negra
Cuando vemos que una planta que está en el exterior, en general, se ha quedado complentamente lacia y las puntas se ven negras, supone que no ha podido resistir alguna helada. No suele ser posible recuperarla, por lo que habrá que sustituir el ejemplar.