Todo este tiempo lo has hecho mal: la regadera distribuye mal la humedad y suele mojar las hojas, favoreciendo las pudrición. ¿Cuál es el truco para regar las plantas de interior? El riego por inmersión, que permite mantener la tierra húmeda durante semanas
Es curioso que algo tan elemental como es el riego de las plantas de interior se haga sistemáticamente mal. Nos empeñamos en utilizar la regadera, llenar platitos y colocarlos bajo la maceta para que la tierra vaya absorbiendo… En realidad, y salvo algunas contadas excepciones, el mejor truco para regar las plantas de interior y que utilizan la mayoría de floristas en sus negocios es el riego por inmersión, que asegura la humedad necesaria durante varias semanas y evita encharcamientos y pudrición de las plantas.
Las plantas de interior suelen morir por el llamado “exceso de cariño”. Es decir, nos empeñamos en aportar más y más agua ante el menor de los problemas. Que la hoja está un poco caída: agua. Que la planta parece que amarillea…, pues agua también. Y, al final, la raíz acaba por pudrirse y el ejemplar se muere. Es más fácil resolver la falta de agua que el exceso, por eso el mayor consejo en el riego de plantas de interior sería: ante la duda, no riegues.
Cómo realizar el riego por inmersión
En nuestro truco para regar las plantas de interior, se puede utilizar un gran barreño o balde. En su lugar, también se puede utilizar la bañera. Lo mejor es elegir un día para regar todas las plantas de casa y así no malgastar agua ni ensuciar más de la cuenta. Se llena el balde o la bañera y se introduce la maceta en ella. Muy importante: no hay que forzar a que se hunda en el agua, hay que aguantar un poco y dejar que sea la propia humedad que llena la tierra la que hunda la maceta hasta el fondo.
¿Cuánto tiempo debemos dejar la maceta dentro del agua? Cuando la planta deje de “hablar”. Porque las plantas nos hablan, solo debemos saber escucharlas. En este caso, nos hablarán las burbujas de aire que se mantengan dentro del cepellón. Conforme el agua entra y el aire sale, veremos burbujas en el agua, que pueden durar incluso varios minutos. Cuando ya apenas salgan burbujas, podemos sacar la maceta.
El tercer paso es mantener la maceta en el aire y dejar que el agua sobrante vuelva a caer al barreño. Hay que esperar el rato que haga falta hasta que el goteo sea ya muy pequeño. Entonces, podemos ponerla en su plato. Lo mejor es esperar todavía unos 15 minutos y observar el plato: si el sobrante de agua lo ha llenado, habrá que vaciarlo. Es importante que no quede agua en el plato, para evitar pudriciones.
Un riego cada tres semanas… o más
Mediante el riego por inmersión, solo será necesario regar las plantas de interior cada dos o tres semanas. O incluso más: en muchos casos, plantas como el poto o el ficus pueden estar hasta tres meses sin agua y no presentar síntomas de sed. Para saber si la planta necesita de nuevo agua se pueden utilizar varias técnicas caseras: está por un lado meter el dedo y comprobar si hay humedad. En caso de que notemos humedad, es mejor no regar. Si la planta presenta problemas, quizá la solución no sea darle más agua, a lo mejor tiene una plaga o bien le falta algún nutriente. Otros jardineros utilizan un palillo largo y pinchan, como si fuera un bizcocho.